Nos esperaba un día muy duro y madrugamos un poco. Tardamos 4 horas en hacer nuestra primera parada en un pueblo muy bonito llamado Kanab, donde comimos en una especie de pizzería “come todo lo que puedas” por 7$ cada uno, es decir, ¡una ganga chavales!
La pizzeria-buffet de Kanab.
Salimos de allí llenos y mas que contentos con dirección al Parque Nacional de Zion, tras una horita estábamos en el parque y decidimos hacer una pequeña ruta de 1 milla que nos recomendaron en información para ver un poquito como era todo.
De este parque tampoco hay mucho que contar, es un gran cañón recorrido por el río San Juan, tiene un montón de rutas, la que nosotros queríamos hacer atravaseba el río por una zona en la que el cañón es estrecho y alto, pero estaba cerrado por culpa de la crecida del río.
En este parque también hay una zona con piscinas naturales per no pudimos ir porque no te dejaban bañar por riesgo de bacterias y criters (jajajajajjajajjajajjajajaj, es cierto!!).
Pero bueno, a Ali le sirvió una pequeña parte del río para bañarse ya que le hacía muchísima ilusión.
Tras sudar como bestias y Ali darse un bañito en el río cogimos el coche rumbo Las Vegas.
Zion
Cris al lado del río San Juan.
Ali dándose un baño.
Tardamos más de lo previsto debido a que nos confundimos de camino pero a eso de las 22:30 estábamos entrando en Las Vegas. La sensación fue increíble ya que la luz que desprende la ciudad es una pasada. Nos alojamos en el hotel Stratosphere, el que tiene la torre más alta de toda Nevada y en su cima tiene atracciones.
Nos registramos y a dormir que nos quedaban 3 días a todo tren.
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